Yelou
Los Yelou fueron los primeros pobladores de
Bastur. Dominaron esas tierras hasta que los Sephal los destronaron e
intentaron destruirlos. En la actualidad sólo quedan unos pocos Yelou, que
viven escondidos de sus enemigos.
La principal característica física que los
diferencia es su cola, similar a la de los monos. También son conocidas sus
habilidades para el combate, las cuales poseen desde el momento en que empuñan
la espada por primera vez.
Los Yelou representan al bien en Bastur y su
principal misión es acabar con el reinado de los Sephal.
Sephal
Los Sephal son los actuales dueños de Bastur.
Se hicieron con el poder al derrotar al resto de razas en “La guerra del fin”.
En la actualidad establecen un dominio decadente de las tierras mientras buscan
sin cesar a sus enemigos mortales; los Yelou.
Su principal característica son sus ojos
rojos envueltos en unas enormes ojeras negras. Su habilidad para el combate es
inferior a la de los Yelou, pero siempre tienen reyes asombrosamente fuertes.
En su cultura el rey es el Sephal más fuerte.
Los Sephal representan el mal en Bastur y
desean con tesón poder exterminar a los pocos Yelou que quedan para dominar el
reino completamente.
Roken
Los Roken eran una especie que moró en Bastur
hasta “La guerra del fin”. En esa batalla la especie quedó exterminada del
reino.
Estos seres eran mucho más bajos que los
yelou y los Sephal, y estaban hechos de piedra. Su habilidad para el combate es
muy buena pese a su pequeño tamaño y su enorme peso. La expresión “Nunca hagas
enfadar a un Roken”, muestra el carácter de estos seres.
El castillo de los Sephal está construido con
los cuerpos de los Roken caídos en “La guerra de fin.
Los Roken junto con los Furtin, ayudaban a
los Yelou a mantener la paz en el reino.
Furtin
Los Furtin surcaron los cielos de Bastur
durante muchos años, pero, al igual que los Roken, fueron exterminados en “La
guerra del fin”.
Las alas blancas que portaban en la espalda
era lo que diferenciaba a los Furtin de los Yelou. Amables y bondadosos,
representaban el bien en su máxima expresión y guiaban a los Yelou en la buena
dirección. Muchos Yelou cometieron el error de enamorarse de su belleza,
lamentablemente ese amor nunca fue mutuo, además de ser especies incompatibles.
Los Furtin junto con los Roken y los Yelou
formaban el triángulo sobre el que se sostenía Bastur.